La maestra robot japonesa pasa lista, sonríe y regaña, provocando las risas de los estudiantes con su rostro realista. Pero su diseñador dice que aún no está lista para reemplazar a instructores humanos.
A diferencia de robots de apariencia más mecánica, como Asimo, de Honda Motors, la maestra robot, llamada Saya, puede expresar seis emociones básicas: sorpresa, miedo, repugnancia, furia, felicidad y tristeza, ya que su piel de goma es jalada desde atrás por motores y cables alrededor de los ojos y la boca.
En una demostración, la boca del robot se abrió, sus ojos se agrandaron y las cejas se arquearon en tono de sorpresa. Saya estiró los labios en una sonrisa y dijo frases preprogramadas como "muchas gracias", moviendo los labios, para expresar placer.
"Los robots que parecen humanos tienden a ser muy del gusto de niños y ancianos", dijo el miércoles Hiroshi Kobayashi, profesor de ciencias de la Universidad de Tokio y creador de Saya, a la Associated Press.
Desarrollada inicialmente como una recepcionista robot en el 2004, Saya fue probada en un aula real en Tokio este año con un puñado de alumnos de quinto y sexto grados, aunque aún no puede hacer mucho más que pasar lista y gritar órdenes como "¡Cállense!".
Los niños se divirtieron mucho, recordó Kobayashi, sonriendo cuando Saya dijo sus nombres. Aún así, es controlada a distancia por una persona que observa la interacción por medio de cámaras, aclaró.
Japón y otros países tienen esperanzas de que la robótica sea eventualmente una solución para su creciente escasez de mano de obra al envejecer su población. Pero los científicos dicen que aún no hay una máquina capaz de lidiar con niños y ancianos.
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