lunes, 17 de marzo de 2008

BRAZIL


Año: 1985
Dirigida por : Terry Gilliam

Sinopsis:

En un futuro ficticio basado en la idea futurista de progreso que se tenía en los años 30', la sociedad es governada despoticamente por una elite totalitaria y el medio ambiente se encuentra fuertemente contaminado.


Un reducido grupo de personas viven relativamente bien, aunque experimentan una existencia totalmente superficial y vacía de sentido, casi como si fueran recipientes sin alma. El resto de la población son una masa proletaria, se desempeñan como automatas y están a merced de los burocratas.

En una escena bastante graciosa, una bomba explota dentro de un restaurante de lujo y medio local vuela en pedazos, sin embargo el resto de los comensales continúan haciendo vida social y degustando sus platos, mientras un grupo de bomberos se lleva los cadáveres y restos de los individuos que acaban de morir en la detonación.

Para luchar con los terroristas el Estado cuenta con el Ministerio de Información, que a su vez es el lugar donde trabaja el protagonista del la pelicula. Aunque él es solo un empleado sin importancia y constantemente se niega a aceptar cualquier tipo de promoción, al final acepta ser promovido por motivos personales.



En el Ministerio de Información también hay numerosas salas de tortura para hacer hablar a los prisioneros.
El grado de efectos visuales relacionados con la estetica Cyberpunk es sin duda elevado, pero no creo que esta pelicula cuadre del todo dentro del universo cyberpunk. Es más bien una parodia del genero ubicada en un futuro que parece estar inspirado en un libro de Kafka.

Durante toda la película también se hace referencia a la propaganda estatal que era omnipresente en los gobiernos totalitarios europeos de mediados de siglo XX. Las similitudes más pronunciadas son los carteles de propaganda que siguen el estilo de los empleados por los Nazis o el gobierno de la ex URSS
Aunque no se aclara es evidente que hubo un guerra nuclear y todo el planeta quedó devastado. De hecho en la imagen de abajo se puede ver a la ciudad rodeada de un terreno infértil, que a su vez se encuentra escondido de los ojos de la gente por incontables carteles publicitarios.


Los habitantes de este futuro de pesadilla se encuentran viviendo dentro de un sistema que los reprime, controla y vigila las 24 horas. Donde el contacto humano es un lujo que muy pocos conocen y la única manera de sobrevivir es resignarse a una existencia solitaria, mediocre y sin ambiciones.

El nombre de la pelicula se debe a una canción escapista de los años 30 llamada Brazil y los acordes de esta obra se encuentran presentes durante gran parte del filme. Lo tremendamente original de la pelicula es que los mismos acordes de "Brazil" son usados de manera muy suave y lenta en moemntos dramaticos, y por el contrario, empleados de forma veloz y contundente en escenas de acción. El efecto es simple pero esta muy bien hecho y logra atrapar al espectador.
El protagonista del filme es un empleado (abajo) del Ministerio de Información llamado Sam Lowry, quien vive sin aspiraciones ni ilusiones, pero cada noche sueña que puede volar por el cielo para encontrarse con un ángel femenino del que está perdidamente enamorado.
A medida que la pelicula avanza sus sueños se hacen cada vez más traumaticos y ya no resulta tan sencillo distinguir entre la realidad y la imaginación del personaje.

Los días de Sam transcurren dentro de una rutina brutal, hasta que un día descubre que la mujer de sus sueños existe en el mundo real pero es perseguida por el estado, ya que debido a un error en la base de datos las fuerzas de seguridad consideran que es una terrorista.

Un detalle pintorezco del filme es que aunque apenas se conocen el protagonista de la película esta dispuesto a arriesgarlo todo para ayudar a la chica.
Una película con una ambientación bizarra que roza la estupidez y que resulta divertida, pero al mismo tiempo traumatica.


1 comentario:

Unknown dijo...

No la he visto, pero el argumento me recuerda a 1984 y a Un mundo feliz. Algo así como lo que vivimos ahora pero radicalizado. No hay tanta diferencia entre nosotros que cenamos tranquilamente mientras vemos muertos pr la TV. O el paisaje recubierto de publicidad que esconde el horror detrás. Ese futuro descrito es perfectamente nuestro presente.